Se entiende por sleeper aquellos juegos que en su momento pasaron algo desapercibidos entre la vorágine de juegos triple A y que conviene traer a colación por su valor como pieza videolúdica de gran nivel.
Megadrive, la consola de 16 bits de Sega, es un buen ejemplo de sistema plagado de buenos juegos, debido al enorme catálogo que posee y al buen hacer de las compañías que trabajaron en él. Entre los títulos “must have” de esta consola sobresalen joyas como Street Fighter II SCE, Flashback, Aladdin, Sonic 1, 2 y 3, Streets of Rage II, Thunder Force IV, Ghouls ´n Ghosts, Kid Chameleon, Shining Force II, Gunstar Heroes, Revenge of Shinobi, Soleil… pero también hay otros títulos que, bien por pertenecer a compañías menores, o por su escasez de publicidad o simplemente porque en su momento no calaron en la mayoría de la gente, se han perdido en el recuerdo de aquellos que los disfrutaron en su día y más aún de los que nunca tuvieron acceso a ellos. Este es el momento de rendirles tributo y a través de un viaje en el tiempo de casi dos décadas os entrego este reportaje y os invito a que les déis la oportunidad que se tienen bien merecida:
Crüe Ball, Electronic Arts, 1992:
Metalero pinball gestado en la comunión entre Electronic Arts y el grupo de heavy metal Mötley Crüe a comienzos de los 90, se erige como uno de los juegos electrónicos de petacos más divertido y frenético en la época de los 16 bits. Múltiples mesas, tres canciones versionadas del grupo que da título al juego y una dificultad muy ajustada nos ofrecen muchas horas de buen juego y mejor música. Solo un pero: sin passwords ni guardado de partida hacen que pasárselo del tirón se convierta en una gesta nada fácil de conseguir.
Dinosaur´s for Hire, Sega, 1993:
Basado en el cómic de Tom Mason, se descubre como una suerte de Contra protagonizado por dinosaurios en el que cabe destacar un apartado gráfico sobresaliente, enemigos a base de enormes sprites que ocupan toda la pantalla y un uso de la paleta de colores de la Megadrive absolutamente magistral.
Dune II: The battle for Arrakis, Westwood Studios, 1994:
Continuación del gran juego de Pc que más tarde sería versionado para Mega CD es una muestra del buen hacer de la consola de Sega en todos los frentes. A pesar de que los juegos de estrategia son más propios de Pc esta obra posee un control exquisito, múltiples posibilidades, una dificultad progresiva y una ambientación sobresaliente. Regido por un sistema de passwords te da a elegir entre una de las tres casas del mundo creado por Frank Herbert: Atreides, Ordos y Harkonnen para poco a poco ir conquistando cada territorio enemigo en busca de la preciada especia. El mejor título de estrategia de su generación.
F1 World Championship, Domark, 1993:
En la generación de 16 bits pocos son los juegos de conducción que obtienen un nivel aceptable debido a las enormes limitaciones técnicas de estos sistemas. Domark nos entregó la mejor representación del deporte de la Fórmula 1 en la negra de Sega, con permiso del enorme Virtua Racing, y solo fue superado levemente por su rival Nigel Mansell´s World Championship de Super Nintendo. A través de 12 circuitos con sus correspondientes clasificaciones nos enfrentamos a un control suave y exigente del vehículo, ante una sensación de velocidad enorme basada en técnicas de scaling de sprites y pequeños polígonos que logran meternos de lleno en el circo de la Fórmula 1.
Global Gladiators, Virgin, 1992:
Auspiciado por la cadena de comida rápida Mc Donald´s y firmado por un enorme David Perry en su mejor época –poco antes de crear Aladdin y Cool Spot también en Megadrive- se trata de un juego de plataformas y disparos con una fuerte componente de concienciación social ante el peligro de la devastación del medio ambiente. El juego posee un control agradable y un apartado gráfico y sonoro a la altura. Eso sí, se hace algo corto.
Greendog, Sega, 1992:
Protagonizado por un rubio surfero con un carisma algo limitado, se trata de un juego de plataformas en un entorno paradisíaco en el que el paisaje, a medio camino entre la playa, la jungla y los templos, nos regala algunos de los mejores fondos gráficos de la época. Simple en su concepción y no del todo correcto en la respuesta al control pad se muestra como un soplo de aire fresco en un género saturado por clones de Sonic y Mario.
Hellfire, Ncs/ Toaplan, 1990:
Uno de los primeros shooters de Megadrive, es un videojuego que no destaca por su originalidad ni por su puesta en escena –muy lejos del gran Thunder Force IV de Technosoft- pero que convierte el viaje de la entrañable CNCS1 en una auténtica delicia debido a una jugabilidad a prueba de bombas. Exigente como buen matamarcianos, extenso y vibrante se convierte en una gran alternativa a títulos de mayor renombre.
Mazin Wars, Sega, 1993:
Se trata de un enorme brawler basado en el universo de Mazinger Z, el popular manga de robots creado por Go Nagai. La originalidad de este título se basa en que tras cada fase –a cada cual con escenarios más bellos y múltiples diseños de enemigos- desarrollada como otro título más del género, se da paso a un enfrentamiento directo con uno de estos gigantescos robots en un estilo de combate propio de un juego de lucha one-on-one. El diseño de gameplay en estos épicos combates está cuidado al detalle, y no será raro sentirse protagonista de estas vibrantes batallas tantas veces disfrutadas en nuestros viejos televisores de tubo. Una delicia visual y jugable, uno de los mejores exponentes de su género, absolutamente imprescindible.
Red Zone, Zyrinx, 1994:
Un modesto estudio de programación danés surgía en 1993 con un matamarcianos de nombre Subterrania con una estética depurada y un control tan revolucionario como equivocado. Esa misma estética sería utilizada un año después en el título que nos ocupa. Haciendo alarde de técnicas de programación nunca vistas hasta entonces en Megadrive, el juego es un festival de rotaciones, renderizaciones y efectos explosivos de gran factura en unos escenarios, eso sí, algo pobres. Utilizando una vista cenital nos pone a los mandos de un helicóptero de combate AH-64B Apache para enfrentarnos a un tirano en un mundo casi apocalíptico. Tan brillante como difícil.
Side Pocket, Data East, 1992:
La mejor versión del mítico juego de NES creado originalmente por la veterana Data East en 1987, nos pone a los mandos del mejor simulador de billar de la Historia. Un apartado gráfico cuidadísimo, un estilo musical que bebe del mejor jazz, y un control muy depurado y realista nos hacen meternos en la piel de estos maestros del taco para regalarnos un juego diferente y sumamente adictivo. Muy recomendable aunque no te guste este curioso deporte.
Y aquí termina este repaso por algunos de los grandes títulos de Megadrive menos conocidos por la mayoría, un buen puñado de buenas razones para rescatar un sistema de juego mítico.
Web del autor: The Videogame Culture
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