domingo, 18 de diciembre de 2011

Turkmenistán, la Corea del Norte centroasiática (36 fotos)

Turkmenistán es un país bañado por el mar Caspio y vecino de Irán, Kazajistán, Uzbekistán y Afganistán, un territorio que a veces es conocido como la “Corea del Nortecentroasiática” debido a su aislamiento internacional, sobre todo, luego de 20 años bajo un régimen dictatorial (el de Niyazov) que ha dejado una imagen devaluada puertas afuera: está en lista de los países más cerrados del mundo.
Turkmenistán es en su mayor parte un desierto, pero su ciudad capital Asjabad, podría sorprendernos por su aspecto “pujante” en su área administrativa y gubernamental: se trata de una de las farsas urbanísticas más notables en tiempo recientes. La razón de un supuesto oasis urbano de lujo y edificios notables en medio de un desierto hay que buscarla bajo tierra: Turkmenistán es poseedor de la quinta reserva de gas natural más grande del mundo, un recurso que le ha permitido a sus gobiernos dictatoriales sostenerse en el tiempo y consolidar falsas apariencias, mientras el 60% de la población vive por debajo del umbral de pobreza.


Turkmenistán continúa siendo catalogado por la Organización de las Naciones Unidascomo uno de los estados más represivos y dictatoriales del sistema internacional. Su capital, es una muestra de cómo gran parte de los beneficios obtenidos por los recursos naturales, fueron invertidos para embellecerla urbanísticamente por un líder con el criterio de un faraón. En una exagerada ostentación de recursos y culto a su antiguo líder, abundan estatuas de oro con la figura del dictador, monumentos ambiciosos y edificaciones gubernamentales por demás pretensiosas.
En la capital del país, el obsesivo culto a la personalidad del ex presidente es evidente, y su figura, aún perdura omnipresente. Niyazov, nombrado jefe de la república en tiempos soviéticos, fue autoproclamado “padre de todos los turkmenos”, transformando la ciudad capital en un centro cívico a la medida de un megalónamo.
“…escuelas, universidades (títulos universitarios, incluido), aeropuertos e incluso un meteorito han sido bautizados con su nombre o el de familiares suyos. Su rostro aparece en todos los billetes del manat turcomano, e inmensos retratos de él cuelgan por todo el país. Numerosas estatuas suyas adornan el país, entre ellas una en medio del desierto de Karakum y otra, recubierta de oro, en la cúspide del edificio más alto de Aşgabat, el Arco de la Neutralidad. Esta última estatua tiene un mecanismo de relojería que la mantiene girando para estar siempre orientada hacia el sol, de modo que ninguna sombra caiga sobre su rostro…” (fuente)
La situación no parece mejorar demasiado después de la muerte de Niyazov: su sucesor, Gurbangulí Berdimujamédov fue confirmado en el cargo tras unas elecciones que la oposición política denunció como un fraude:
“…Berdymujammédov ha implementado algunas reformas a las políticas aplicadas hasta el momento, como la eliminación del nombre de su predecesor de la bandera nacional y la derogación de una ley que exigía dos años de trabajos antes para poder ingresar a la universidad, sin embargo ha ratificado la continuidad del rumbo político encarado por Nyýazow.” (fuente)
En la ciudad capital de Turkmenistán, las calles de las ciudades llevan a menudo el nombre de el ex dictador ya fallecido, o de sus familiares.  Y aún hoy, luego de años sin ningún tipo de libertad para expresar alguna crítica hacia al régimen, la mayoría de derechos elementales siguen siendo un bien escaso. Los medios son controlados por el estado y es difícil para periodistas obtener permisos para viajar al país.
La población de Turkmenistán, en su mayoría nómade, se ha visto inducida a cambiar sus modos de vida bajo los programas de gobierno de urbanización. Sin embargo, el intento no ha resultado muy exitoso. Turkmenistán no es una nación con una población cohesionada: sus grupos étnicos se encuentran divididos en clanes con sus propios rasgos culturales.
Turkmenistán, cuenta con algunos sitios reconocidos como Patrimonio de la Humanidadpor parte de la UNESCO, como el parque nacional histórico y cultural de la Antigua Merv,Kunya-Urgench, o las Fortalezas partas de Nisa. Aunque el país se puede visitar, sobre todo bajo la supervisión de agencias de turismo, está claro que el turismo, está lejos de ser una actividad económica masiva. Los viajes a Turkmenistán es mejor organizarlos a través de una agencia que se encargue de los trámites del visado, ya que el país tiene pocas representaciones diplomáticas.
Turkmenistán es uno de los destinos más baratos de Asia Central, aunque desplazarse dentro del país no es tarea fácil, ya que el transporte público no tiene regularidad ni comodidades. La mejor es alguilar un coche con conductor, que al mismo tiempo, hará gustoso de guía. A pesar de todo, es un país estable y en donde los turistas no suelen afrontar mayores problemas.

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