La fiesta se fue de madre. Los festejos de la Selección española tras la consecución del campeonato del mundo de Sudáfrica acabaron siendo un desparrame absoluto, con Vicente del Bosque como principal protagonista de la celebración. El técnico, en un arranque de locura y éxtasis, devoró al pulpo Paul, que había entrado en el vestuario a felicitar a los muchachos.
Del Bosque, absolutamente eufórico tras devorar a Paul
A su llegada, el famoso cefalópodo acudió con sus mejores intenciones a abrazar a los jugadores españoles, pero se encontró con un Del Bosque fuera de sí. Radiante, con unsombrero de copa en la cabeza y sin ropa alguna, el seleccionador se acercó a Paul y cuando empezó a mantearle. Las carcajadas que acompañaron el acto se tornaron en silencio al comprobarse que Vicente lanzaba al animal con una inusitada fuerza contra el techo, a apenas dos metros y medio del suelo.
Tras cuatro manteos y sendos golpes, el pulpo cayó
desplomadoy sin movimiento a las manos del entrenador. Por entonces, el silencio y el pasmo eran absolutos. Xavi torció el gesto, Arbeloa y Albiol intentaron
chuparse sus codos sin lograrlo como es obvio,
Marchena hizo una entrada criminal a Pedrito lesionándole en el acto, pero sobre todo nadie entendió nada.
Con el cadáver de Paul en sus manos, Del Bosque miró a su alrededor y con una sonrisa nerviosa espetó ante sus jugadores: “¡
Pero si esh una fieshta!”, y procedió a la deglución del pulpo
a bocado limpio. Andrés Iniesta enfureció pero nadie se dio cuenta, como era de esperar.
Un pequeño daño colateral para una historia con final feliz para casi todos. Habrá que ver las consecuencias de la espontánea acción de Don Vicente, dado que recientemente Izquierda Unida había anunciado que Paul iba a ser su nuevo líder y el mismo cefalópodo había abierto su nueva línea 806 de predicción del futuro, quedando ahora los más de 400 trabajadores contratados en el paro. Hasta siempre y gracias por todo, Paul.
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