Siguiendo en la línea nostálgica de artículos que llevo realizando últimamente, hoy os voy a hablar de un juego que significó un antes y un después en mi vida, por muy fuerte que parezca lo que os estoy escribiendo. Un videojuego adorado por toda una generación de jugadores que –normalmente- no son capaces de recordar su extraño título, pero sí su legendaria jugabilidad. Hoy voy a hablaros del míticoTehkan World Cup, el juego de futbol más importante de los 80 (con permiso del también interesantísimo Match Day II).
Diseñado en 1985 por Michishito Ishizuka para Tehkan (posteriormente conocida como Tecmo), el título no estaba basado en ninguna copa del mundo en concreto, pero la cercanía del mundial de 1986 en Méjico hizo que rápidamente fuera asociado a dicho campeonato. La característica inicialmente más llamativa de este videojuego fue su innovador sistema de control, basado en el uso de un trackball con el que controlar los jugadores y el efecto o la potencia que imprimíamos al balón en cada chut, mediante la combinación “movimiento del trackball + pulsación de botón”. Dicho sistema nos permitía hilvanar jugadas bastante complejas a pesar del frenético ritmo de juego, algo que no se había visto hasta ese momento. Desgraciadamente fueron muy escasos los recreativos españoles que dispusieron de esta joyita, por lo que muy pocos pudieron disfrutar de esta novedosa propuesta.
Y es que, como era de esperar, dicho método resultaba bastante complejo para el jugador medio (amén de que el trackball se rompía con bastante facilidad), por lo que se decidió lanzar una versión con un joystick normal y corriente que, al ser digital, obligó a que fuera configurado como si cada pulsación hacia una dirección equivaliera a mover el trackball al 100% de potencia. Como resultado de este cambio se eliminó de golpe y porrazo la posibilidad de realizar pases en corto y a media distancia, limitándonos solo a lanzar chuts o pases potentes y balonazos largos. Esta es la versión más habitual en nuestro país, la que conocimos prácticamente todos.
Estas maravillas desgraciadamente solo se podían hacer con trackpad…
Lo que en un principio parecía un hándicap bastante importante fue precisamente lo que lo convirtió en un grande. Y es que -contra todo pronóstico- esa simplificación de la jugabilidad terminó por hacerlo más frenético todavía, más popular, más divertido. En definitiva, lo convirtió en un videojuego accesible, disfrutable tanto por jugadores veteranos como por personas que no habían echado nunca una partida. Y lo que es más importante: comenzó a popularizar el jugar “a dobles”.
Tehkan World Cup presentaba un apartado técnico sublime, con unos gráficos detallados y coloristas que representaban de forma más que correcta un terreno de juego. En cuanto al sonido, sus melodías no podían haber sido elegidas con mayor acierto, consiguiendo imprimir la emoción y dramatismo que trae consigo una torneo de tal magnitud en cada uno de los momentos que pasamos delante de la pantalla.
Jugablemente nos encontramos ante una simulación que tiene más parecido con un partido de hockey que con un encuentro de fútbol, principalmente por la rapidez con la que se desarrolla el encuentro y la sucesión de ocasiones en ambos bandos. Por supuesto aquí no encontraréis tiki-taka, pero sí espectacularidad por un tubo (todavía me encanta ver la velocidad con la que sale la pelota tras un chut) y futbol directo en su máxima expresión. El concepto lúdico que el título nos presenta está muy próximo -salvando las diferencias- a lo que NBA Jam nos ofreció en los 90: jugabilidad directa, sin reglas, solo diversión –sobre todo a dos jugadores-.
El modo para un jugador nos ofrecía disputar una copa del mundo. Pero a diferencia de otros títulos aquí no se nos permitía elegir equipo. Siempre controlábamos una selección con traje rojo (¿España?) y nos enfrentábamos a una serie de equipos que, curiosamente, tampoco tenían nombre. Los distinguíamos por su traje y -en el caso de los que más monedas nos gastamos en su época- por su forma de jugar. Estos eran nuestros 7 rivales de camino al título:
Primer equipo: ¿Escocia?
Un rival verdaderamente flojo. Tienen un portero incapaz de parar nada (podéis conseguir goles desde distancias bastante lejanas) y unos jugadores extremadamente lentos y torpes, por lo que son una auténtica banda.. Golearles es algo obligatorio, así que si no eres capaz de vencerles mejor dedícate a otro juego. Parecen más una peña de gordos borrachos que una selección mundial…
Así es como les vais a ver habitualmente. Goleados y tirados por los suelos
Segundo equipo: ¿Polonia?
Selección que por aquel entonces andaba de capa caída. Con su máxima estrella (Zbignew Boniek) en sus últimos años como futbolista y una generación joven que claramente no daba la talla con respecto a los grandes equipos que presentaron en los mundiales de 1978 y 1982, parece claro que este segundo equipo estaba basado en dicho combinado.
Como equipo son poco mejores que nuestro primer rival, y su portero es al menos de aprobado raspado. Aun así, en defensa siguen siendo unas auténticas madres. Defienden intentando acumular jugadores atrás pero presionan más bien poco, lo que les hace víctimas propicias de disparos desde el borde del área. No os crearán muchos problemas.
Que poca sangre tienen!¡Si nos dejan entrar comodamente!
Tercer equipo: ¿Brasil?
En este caso resulta más que evidente que se trata de la selección brasileña, aunque solo sea por el color de piel de sus jugadores y el traje. Que no os sorprenda que aparezcan tan pronto: por aquel entonces Brasil tenía un equipo muy justito en defensa y mediocampo en el que Socrates y Zicoapuraban sus últimos momentos de gloria y Careca y Branco comenzaban a destacar.
Este equipo será el primero de los que se dedican a defender por “persecución” -tendremos a dos o tres jugadores al lado cuando recibamos el balón que nos seguirán como perros a un hueso- pero su portero es tan nefasto como el de nuestro primer rival. Aunque son algo más rápidos que nuestros anteriores enemigos, todavía nos dejarán lanzar fácilmente desde el borde del área, lo que los hace muy vulnerables.
¡Ahí vienen!¡Son como lobos!
Cuarto equipo: ¿Italia?
Otro equipo duro en los primeros partidos (en este caso en octavos de final). La campeona del mundo de 1982 decepcionó totalmente en el mundial de Méjico quedando apeada por Francia casualmente en octavos de final. A pesar de contar con una selección repleta de estrellas (Altobelli, Vialli, Ancelotti, Rossi, Cabrini, Zenga) no dio la impresión en ningún momento de ser aspirante a revalidar el título.
En Tehkan World Cup será el primer rival de consideración con el que nos encontraremos. Tiene un portero excelente -capaz de sacar de quicio al delantero más paciente- y defienden de forma ordenada (nada de perseguir al rival), lo que complica bastante el disparar de cerca y los centros desde los laterales. Por contra, es un equipo que ofensivamente no suele ser muy peligroso, ya que sale bastante poco al ataque.
¡Goool de “la roja”!
Quinto equipo: ¿Inglaterra?
Los cuartos de final de la copa del mundo nos deparan un enfrentamiento con la terrible selección inglesa, liderada en aquellos años por el “killer” Gary Lineker y los finísimos Peter Beardsley, Chris Waddle (¡genial extremo!) y John Barnes. Otra casualidad más: los ingleses fueron precisamente eliminados de Méjico 86 en cuartos de final por la Argentína de Maradona.
Aquí comienzan las curvas. Los jugadores de este equipo son bastante más rápidos que los nuestros, defienden con una agresividad tremenda (se nota que sabían que el árbitro no iba a pitar nada) y son peligrosísimos en ataque. Por contra, su portero es de los peores del juego (¡pobre Shilton!)y tienen excesiva tendencia a irse arriba y defender agolpándose, lo que hace que dejen bastantes huecos libres. Sorprendentemente son un rival más sencillo de batir que el que nos encontramos en el cuarto partido.
Ojo a su velocidad y las rápidas combinaciones que realizan…
Sexto equipo: ¿Uruguay?
La verdad es que soy de los que piensan que Uruguay se corresponde con el equipo que nos encontramos en semifinales principalmente por el traje que llevan, ya que por aquel entonces la selección sudamericana no contaba con un gran plantel más allá de Bossio y del Principe Francescoli. Es un rumor bastante extendido desde hace tiempo que realmente se trata de la selección Argentina vestida con un traje de un único color, debido principalmente a las limitaciones técnicas de la placa y su incapacidad de representar las franjas azules y blancas en la camiseta.
Sea como fuere, el enemigo del sexto enfrentamiento es un rival terrible. Extremadamente agresivos en defensa –nos perseguirán como si hubiésemos matado a uno de sus familiares- y letales en ataque (si llegan arriba marcarán casi seguro), tienen su punto débil en un portero que está por debajo del resto del equipo. Aun así, nos pondrán en dificultades con toda seguridad.
Se acaba el partido. Los derrotados lloran en el suelo la oportunidad perdida.
Último equipo: ¿Alemania?
Eran sin duda los grandes favoritos para llevarse el título en Méjico 86. Con un equipo verdaderamente de ensueño (Schumacher, Brehme, Augenthaler, Littbarski, Matthaus, Voeller, Rummenige), solo un genio como Maradona logró apartarles de la gloria que sin duda merecían. Cuatro años después se vengarían de la afrenta mejicana en Italia 90.
En la gran final nos encontramos con un equipo muy superior al nuestro. Tienen un portero prácticamente imbatible, defienden verdaderamente bien –no dejan un hueco libre- y son temibles cuando llegan a nuestra área. Por si esto fuera poco, además son mucho más rápidos que nosotros, por lo que estaremos todo el partido en clara inferioridad.
Ahora que llegamos tan lejos, ¡Nadie nos puede parar¡ ¡Somos campeones del mundo!
En definitiva, Tehkan World Cup es un clásico básico para todos los aficionados al deporte rey. Un título que supo enamorar a toda una generación de niños que soñaban con ser futbolistas profesionales y campeones del mundo…o que simplemente ni les gustaba el deporte.
Porque hay casos excepcionales, ejemplos de que los videojuegos no tienen por que ser algo negativo, como el mío propio. Yo por aquella época ODIABA el futbol. Mi padre y mi tío habían insistido tanto en que me gustara que desarrollé una animadversión tremenda hacia el deporte rey. Fue precisamente gracias a este videojuego cuando me aficioné al balompié -una pasión que mantengo desde hace muchos años- y al deporte en sí, pasando de ser un orondo chaval a un deportista bastante activo.
Por todo lo que este título significa para mi a nivel personal y por los ratos que me ha hecho pasar el homenaje está más que merecido. Ahora os toca a vosotros. Descargad el título (olvidaros de laversión de NES, es mediocre) y disfrutar de uno de los mejores juegos de futbol de la historia. Palabra de honor que no os arrepentiréis. Yo por mi parte voy a ver si logro superar mi marca de goles por campeonato…una vez más.
59-2. No está nada mal,pero se puede hacer mejor, ¿Os atrevéis?
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