jueves, 26 de mayo de 2011

Top Ten: ¿Y si todos tuviéramos poderes?

Top Ten. Está escrito por Alan Moore, conocido por “Watchmen” o “V de Vendetta”, dibujado por Gene Ha y editado por “America’s Best Comics” (ABC), sello creado precisamente por Alan Moore junto con otros artistas para dar salida a cómics que por una razón u otra no eran publicados en las grandes editoriales. Que estuviera Alan Moore metido ya me dio buena espina, pero cuando me contó que la historia se centraba en una ciudad donde absolutamente todo el mundo tenía poderes, pues me hizo que levantara la ceja para darle un ojo. Y la verdad es que no me arrepiento en absoluto.


La historia se desarrolla en Neopolis, una ciudad reconstruida después de la segunda guerra mundial por científicos nazis y “malos en general con superpoderes” como compensación por las pérdidas debidas a la guerra. Además, la ciudad atrajo a la mayoría de personas con poderes, con lo que se convirtió en un lugar más que problemático. Si una riña de bandas ya puede resultar peligroso, el que además puedan lanzar bolas de energía hace que se necesite a gente muy especial para que nadie salga herido. Y ahí es donde entra en acción el grupo de policía “Top Ten”, que reúne a los policías mejores dotados para salvar el día en el Distrito Diez

El cómic comienza cuando Robyn “Toy Box” Slinger llega como nueva recluta a la oficina. Allí se encontrará con sus nuevos compañeros: perros, lesbianas y adoradores de Satán, es decir gente maja. En ese momento el papel protagonista irá  variando según la historia, dejando que algunos de los que en principio son secundarios tengan algún momento de protagonismo, cosa que se agradece ya que desarrolla bastante bien a algunos personajes.


Aunque el cómic en general parodia a la mayoría de los superhéroes más  conocidos, los protagonistas no tienen unos poderes “al uso”, ni parecen estar basados en un principio en héroes populares. Así nos encontramos con Toy Box, cuyo “poder” o característica principal es la de tener una caja de juguetes armados. Al llegar como nueva a la central de policía, la recibirá el sargento Kemlo, un perro que puede hablar y con aspecto humano gracias a un exoesqueleto. Luego le presentarán a Jack “Phantom” (una chica con poderes similares a los de Kitty Pride de Marvel), a la detective Wanda “Sinestesia” (cuyos poderes sinestésicos la permiten hacer deducciones de lo más curiosas), a Duane Bodine (un vaquero con botas y pantalones futuristas), a Peter Cheney (un individuo capaz de lanzar rayos eléctricos), a John “Rey Faisán” Corbeau (un adorador del diablo),  a la señorita “Irmagedón” Wornow (lleva un exoesqueleto repleto de armas de destrucción masiva), a la cyborg Sung “Girl One”Li (una chica creada por bioingeniería genética), y por último a Smax, su nuevo compañero, y que parece un ser en principio indestructible que puede lanzar rayos de luz.

Siendo un cómic parodia de superhéroes, las historias  son un poco más maduras de lo que cabría esperarse. El ambiente es una especie de “canción triste de Hill Street”, donde a los policías se les asigna algún tipo de misión que deberán de investigar. Algunas historias incluyen problemas de drogas, asesinos en serie, riñas familiares, e incluso cosas más serias como casos de pedofilia y corrupción en el cuerpo de policía. El libro sigue una trama más o menos central, que se va salpicando con subtramas, donde los personajes verán el lado más friki de Alan Moore. La historia principal es entretenida (no es la leche, pero se deja leer), pero lo que de verdad me ha gustado es el nivel de frikismo que rebosa el libro.


Por un lado están las subtramas, en las que se tendrán que enfrentar a un Papá Noel escapado del psiquiátrico, resolver el asesinato de un dios nórdico inmortal, o ver cómo una plaga de superratones que se intenta resolver con unos supergatos deriva en un crossover de dimensiones épicas (sin duda, la mejor página de todo el cómic).

Por otro, están los pequeños guiños y chistes con personajes populares. El hecho de que el cómic sea una parodia con una ciudad donde caben todo tipo de poderes permite añadir casi cualquier personaje de cualquier universo. En general, casi todas las viñetas tienen un chiste a algún personaje conocido, por lo que podremos ver a las supernenas volando por la ciudad, al profesor Xavier en una manifestación de inválidos, a los personajes de futurama echándose unas risas, o incluso al comando SG-1 de Stargate esperando su turno en una especie de aeropuerto interdimensional. Una de las cosas más divertidas del cómic es buscar en cada viñeta ese guiño a tu serie favorita.



Para acabar, decir que el cómic merece la pena aunque solo sea para pasarse una tarde entretenida. El primer tomo editado por Norma (el que he leído) son 12 cómics y suma aproximadamente unas 300 páginas, ya que vienen incluidos bocetos originales de los autores. El inicio parece un poco denso, pero según avanza la historia cada vez te van cayendo mejor los personajes. En mi opinión, lo que más puede flojear del cómic son las tramas de la historia. No es un cómic 100% paródico, ni es un cómic dramático, y que se quede a medias en los dos puntos es lo que menos me gusta. Me habría gustado ver un poco más de dramatismo o que se ahondara en algunas tramas, ya que algunas historias lo hubieran merecido. Aun así lo compensa con el buen humor que se gasta de vez en cuando.


Por si alguien lo busca, decir que el comic completo consta de varios tomos y spin-offs:

-    Top Ten (Guión de Alan Moore y dibujos de Gene Ha)
-    Smax el bárbaro (Guión de Alan Moore, spin-off del anterior número)
-    Top Ten: The forty Niners (Guión de Alan Moore, es una precuela del primer tomo)
-    Top Ten: Más allá del útimo distrito (Guión de Paul Di Philippo, continúa las historias del primer tomo)  
-    Top Ten: Season Two (Guión de Zander Cannon y Kevin Cannon, continúa la historia del tomo anterior)

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