La ruta discurre inicialmente por las crestas del parque y los rampones y senderos de Villalbilla. El terreno está fabuloso, no hay barro pero mantiene esa humedad que da un extra de agarre en las bajadas, a costa de hacerse un poco pesado para rodar. Enganchamos con una ladera muy divertida y un último sendero muy rápido que nos da un chute de adrenalina. Para coger este último sendero hay que hacer campo a través ya que lo han vallado recientemente y hay que dar un pequeño rodeo.
Cogemos la pista que nos lleva a Torres y nos dirigimos hacia Alcalá. El terreno estaba perfecto, pero de la nada surge un balsa de agua infranqueable, según la cartografía es el Arroyo de Anchuelo. Nos obliga a cruzarlo y a ponernos guapos de barro, unos mas que otros, Antonio casi hasta las rodillas y Peter con sus zapatos nuevos llenos de fango.
Una vez en el Zulema, cogemos el sendero del vertedero que también es muy divertido aunque se hace corto. Aquí hay un poco mas de chocolate y hay que ir con cuidado.
Llegamos al parque y nos queda la última conquista, el Ecce Homo. Con calma vamos por la pista blanca hasta que empieza a ponerse muy empinado, el horno no está para bollos y nos lo tomamos con calma. Antonio y Peter se lo suben del tirón, el resto a nuestro ritmo.
Tras disfrutar de las vistas, empezamos la bajada por la cara norte. La primera parte tiene un desnivel superior al 30% por lo que hay que bajar muy despacio. La segunda parte es muy rápida, Petrel se tira a machete y casi no puedo seguirle.
Cogemos el sendero del rio para volver a los coches, nos espera la opcional para celebrar los cumpleaños de Satelite y Tomy.
Muchas felicidades a los que se van haciendo mayores y muchas gracias por el convite. Sois los mejores!
Hasta la próxima Enganchados!
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